Todo lo que aprendí durante mis 20s…

Si me siguen en mis redes sociales (FB, TW, IG, Snapchat), seguro ya leyeron por ahí que estoy a días de cumplir TREINTA años, así que decidí escribir una serie de cosas que giran en torno a eso… sé que muchas de ustedes se van a identificar.

Si estás por cumplir 30 o ya los cumpliste, seguramente has tenido que escuchar una y otra vez la frase “Los 30 son los nuevos 20s”… y yo, honestamente no creo para nada en eso. Incluso, siento que tiene cierto parecido a este diálogo que tienen Hannah y Shosh en GIRLS de HBO:

– Shoshanna: Sinceramente, a la única gente que he oído decir eso es a la fracasada, que no ganan nada de dinero.

Les explico. Creo que quien dice esa frase que les escribí arriba, son esas personas que pasaron sus 20 sin aprender nada y, entonces, necesitan de una segunda oportunidad. ¿Ya saben? En mi caso, toda esta década me ha marcado de muchas maneras diferentes y es por eso que no pienso compararla ni revivirla en los 30, no porque sea precisamente malo, si no, porque ya pasé lo que tenía que pasar, así que espero con ansias todo lo que los 30 me tengan guardado.

Fue a los 20 que comencé a trabajar en lo que soñaba de adolescente.

Fue a los 22 que tuve mi primer break con un novio “estable”, fue a esa edad que me di cuenta que la gente no cambia, pero que la evolución no debe ser opción.

Fue a los 25 que renuncié por primera vez a un trabajo, de hecho, al primer trabajo “estable” que tenía. (Sí, el mismo que les cuento en el primer  párrafo).

De ahí a mis 24 (creo) viví la relación amorosa más dañina de mi vida -bueno, la primera y la última-, durante esos años me volví una persona insegura, con miedos, violenta incluso y estúpidamente llegué a pensar que encontrar pareja sería cada vez más complicado.  Afortunadamente, fue después de esos años malos que supe lo que quería y, sobre todo, lo que no quería para mí en mi vida. Sufrí, para serles honesta, sufrí mucho, pero aprendí más. Así que, hasta a esa mala relación le debo mucho de lo que soy hoy.

A mis 26 perdí a mi papá, conocí uno de los dolores más grandes que alguien puede sentir y, entonces, me prometí no llorar por ningún hombre jamás. Sólo por él.

Cumplí los 27 y decidí irme a vivir sola, al mismo tiempo que me pagaba la escuela. Siempre dudé de mis capacidades hasta que logré todo eso yo sola. En este mismo año creé Depa de Soltera, el primer proyecto personal que hice desde cero y hago todos los días desde entonces.

Hace dos años -a mis 28- entré a trabajar al segundo trabajo de mis sueños, el cuál decreté después de haber renunciado la primera vez. Y fue un mes y medio antes de cumplir los 29 que me compré mi primer coche, lo nombré Gusano gris, sólo las fans de GOT entenderán esto, jeje…

Justo este año, en el último de mis 20s conocí París, Londres y Argentina, juraba que no vería la Torre Eiffel hasta jubilarme. La vida me sorprendió muchísimo antes.

Hoy, tengo una relación estable -ya sin comillas-, un trabajo y proyecto estable -también sin comillas-, un Tokes, una Rita y una Chelsea y muchos planes más que quiero cumplir. Y todo eso, gracias a todo lo que viví de mis 20 hasta este momento…

Así que sólo tengo una cosa qué decirle a mi próxima década…