Cuando eras niña e incluso adolescente, la idea de un día libre significaba no hacer nada. Despertar tarde, ver tele, salir con amigas. Ahora, en tu vida adulta, la definición cambió: despertarte temprano por decisión propia para sacar la lista de pendientes que lleva meses esperándote.

El día libre más ocupado de la vida

Si alguna vez has usado un día de vacaciones para ir al banco, hacer trámites, limpiar a fondo el depa y hacer fila en el SAT, bienvenida al club. No hay una sensación más adulta que pedir un respiro del trabajo para dedicarlo a otros compromisos igual de agotadores. ¿Es esto la vida adulta? Absolutamente. Pero, sobre todo, es la vida de una adulta responsable.

Y aunque suene poco atractivo, hay un placer extraño en ese día de productividad personal. Porque, a diferencia del trabajo, aquí sí tachas pendientes que realmente impactan tu vida: pagar el agua antes de que la corten, llevar la ropa a la lavandería, comprar comida porque llevas dos semanas pidiendo en Uber Eats.

La trampa del “cuando tenga tiempo”

El problema es que la mayoría de estos pendientes se van acumulando en la categoría de cuando tenga tiempo. Y spoiler: ese tiempo puede tardar meeeeeeeeses. Hay que buscarlo, bloquearlo en el calendario y tratarlo con la misma seriedad que una junta de trabajo.

Porque, seamos honestas, el día en que tu lista de pendientes esté vacía no existe. Pero hay algo que puedes hacer: agendarte un día de trámites, armar un plan y tachar la mayor cantidad posible. La sensación de logro es real.

La satisfacción de un check ✔️

Nada se compara con ese momento en el que terminas un día de trámites y sientes que, aunque no hayas solucionado todo, al menos hoy tu vida está un poco más en orden, ¡uff, qué paz!

✅ Cuentas pagadas

✅ Documentos enviados

✅ Pendientes cerrados

Es una satisfacción silenciosa pero potente. Esa paz mental de saber que por fin hiciste eso que llevabas meses posponiendo no tiene precio. Bueno, sí tiene, pero ya lo pagaste.

Cómo sobrevivir a tu “día libre”

A ver, si ya vas a invertir tu día en hacer trámites, haz que valga la pena:

  • Haz una lista. No te engañes, no vas a resolver todo, pero sí lo más urgente.
  • Aprovecha horarios clave. Si tienes que ir al banco, ve a la hora en que no va todo el mundo.
  • Agrupa pendientes por zona. Si vas a salir, aprovecha para hacer varias cosas en un solo recorrido.

Eso sí, regálate al menos una hora del verdadero No hacer nada, porque ser responsable debe tener sus recompensas.

La vida adulta no es como la imaginábamos, pero encontrarle hacks para hacerla más llevadera es parte del secreto de la felicidad. ¿O tú qué piensas?

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Foto de Glenn Carstens-Peters en Unsplash

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